lunes, 29 de agosto de 2011

Vuelvo a dar todo sin pelear, me pierdo en tu rumbo, no me queda orgullo

El tenía algo.. algo que me hacía vibrar. Una especie de aura que hacía que todo el mundo a su alrededor se quedase embobado mirándole. Era como perfecto... todos los chicos querían ser como él, todas las chicas querían estar con él. Tenía muchísimos amigos, muchísima gente con la que contar, y una lista de pretendientas excesivamente larga. Hasta que un día aparecí yo, jamás pensé que alguien como él... que alguien como yo... pudiésemos.. no sé. Lo veía perfecto, inalcanzable, un sueño, la persona con la que sueñas antes de irte a dormir, lindo, agradable, simpático, el típico chico malo que luego es un buenazo. Una especie de superman, ¿Y yo? ¿yo qué? No era nada comparado a su lado, pero él se fijo en mí, no sé que me vio, pero me eligió a mí. Todos nos miraban cuando íbamos por ahí, las chicas me miraban por encima del hombro, los chicos se cuestionaban que porqué yo. Acabé mal, muy mal. Supongo que él me quería.. pero yo no me lo acababa de creer. Sentía mil y una inseguridades cuando estaba con él, me veía pequeña e inútil a su lado. Acabamos mal, muy mal. Él me dijo que no era así como yo lo veía, que no importaba nadie más, que éramos sólo él y yo.. pero aún así... Cometí una estúpidez, dejé escapar a lo más importantes solo por un puñado de inseguridades mezclados con una pizca de miedo. Ahora he encontrado la receta perfecta para ser feliz, no sé si él volverá, no lo espero. Sé que nunca habrá nadie como él, pero si que sé que alguien habrá. No me pienso volver a menospreciar, esta vez voy a acabar bien, muy bien.