domingo, 27 de noviembre de 2011

¿Quién no se ha enamorado de un amor poco prudente?


Se trata de distinguir lo que vale, de lo que no vale la pena. Y a mí me vale con que me des poco más que nada. A mí me basta con una de tus miradas.




Y mientras sus manos recorrían mi cuerpo, le pregunté:
-¿Donde estuviste todo este tiempo? 
 -Buscándote -contestó mirándome a los ojos.
 Ese sencillo momento bastó, para que mi corazón diese saltos de alegría durante una hora más. Una hora completamente dedicada a él. En la que, después de dos años, mi corazón volvía a latir ilusionado.

  
Era el amor de mi vida. Fui demasiado estúpido para darme cuenta. La perdí por algo tan estúpido que ni siquiera recuerdo. Y nunca me sobrepuse. ¿Sabes? mis amigos decían que cuando ella y yo nos mirábamos había electricidad. Y la deje ir. Simplemente la deje ir porque era muy orgulloso para decirle como me sentía realmente. Te diré algo que ojala hubiera sabido cuando tenía tu edad. Y que seguramente lo hayas escuchado cientos de veces: la vida es corta! y déjame decirte algo, lo que esto...esto me ha enseñado es que la vida es jodidamente corta y no puedes desperdiciarla ni un minuto.