miércoles, 31 de octubre de 2012


“…Me acostumbre a no verte, puedo vivir sin verte, pero necesito saber que estás en algún lado… cerca. Que por ahí en ese momento justo estás pensando en mí… Creo que te voy a querer siempre. ¿Y tú a mi?”
Hoy, en el día de cualquier año, en el año de cualquier siglo; en mis plenas facultades mentales, difícil y asumiendo cuando digo y escribo; declaro que me declaro culpable. Culpable de todo lo que no hice, de todo lo que no he visto, ni oído. De las palabras que no dije a tiempo y de las otras, que nunca aprendí. Me preocupé por cosas que jamás sucedieron y pase gran parte de mi vida en sitios equivocados, en horas equivocadas, con gente equivocada. Declaro que llegué tarde a todas las citas, que no estuve nunca antes, en ninguna parte, que encontré la primavera florida la tierra de partida y el cielo prometido, que todo lo que tengo es menos de lo que me falta, lo que creía, no lo creía después, y que cometí el peor de los errores. Soñé en un mundo de pesadillas. Declaro también, que no hay más cierto que nuestro pasado en la vida, ni nada más falso, que nuestra vida al pasar. Que es feliz aquel que no quiere nada, y que no sabe nada, que no se pregunta nada, y que no se da cuenta de nada. Y que de una mano temblorosa, puede caerse el amor en ella, que todo lo que no se da, no se acumula, se pierde. Que todos somos al fin y al cabo, esclavos de algún vicio o de alguna virtud. Que he sido fiel solamente a mis dudas, y que el hombre, más libre que conocí, iba atado al corazón de una mujer.

Siempre pienso que la gente me quiere abandonar o engañar o simplemente desconfía de mí.

Estar sola era darme la chace de descubrir quién era en realidad, de reconciliarme conmigo misma, de diagnosticar mis pequeñas verdades y descartar para siempre las grandes mentiras con las que aveces nos sentimos tan cómodos.
Creo en que todo es posible, pero no creo que se consiga sin esfuerzo. Creo que se puede conseguir mucho, con un simple gesto de aprecio. Creo en el valor de una mano abierta, frente a un puño cerrado. Creo en las personas aunque se dejen llevar por sus impulsos. Creo en el retroceso, porque sin él no hay avance. Creo en todos, aunque me decepcionen. Creo en las segundas oportunidades, porque sin ellas nada sería modificable. Creo en la capacidad de las personas para seguir adelante a pesar de los obstáculos. Creo en la necesidad de tener gente a tu lado, con quien compartir alegrías y un hombro en que apoyarnos para llorar. Creo en quienes dicen lo que sienten. No creo en las mentiras aunque la verdad sea dura, porque la verdad duele una vez y la mentira suele siempre. No creo en los cobardes, la vida está hecha para valientes. No creo en el olvido, ya que no se olvida, nunca se deja de recordar. No creo que siempre se cumplen los sueños a pesar de perseguirlos. No creo en la mentira, da una imagen que no existe.

Me voy con el alma rota, pero el orgullo entero


No elegí enamorarme de ti, ni tampoco sentirme la chica más feliz del universo simplemente porque existes. Tampoco elegí el día, ni el mes en el que apareciste. No elegí ni siquiera pensar en ti cada instante. Tampoco elegí tu risa, ni que me mires así, con esos ojos que me lo dan todo. No he elegido que se me revuelva el estómago cada vez que hablan de ti, ni que cada suspiro que doy sea por y para ti. No he elegido tampoco los abrazos, ni los besos, ni desear besarte cada segundo de mi vida. No elegí necesitar tus abrazos, ni echar de menos tus locuras y cada momento con vos. Pero quiero que sepas algo, si pudiese haberlo elegido, te hubiese elegido a vos, que no te quepa la menor duda.


No se trata de ir por la vida con una sonrisa de oreja a oreja para demostrar que eres feliz. Se trata de reír sin darte cuenta, de soñar despierta y no acordarte después, de jugar con fuego, quemarte, y aun así reír. Esa sonrisa que se convierte en carcajada en menos de un segundo, y que más tarde, llegara a formar parte de esos momentos irrepetibles que componen tu felicidad. 


Siempre hay otro demente que quiere lo tuyo


- Yo tenía un plan. Pero ahora no lo tengo más. Y no sé que hacer. No sé que hacer! Sólo sé que quiero quedarme aquí. Sólo quiero estar aquí contigo el mayor tiempo que pueda. Tú eres lo único que me importa. Estoy intentando descubrir qué hacer, pero no sé. No tengo la menor idea de como descubrirlo. Porque necesito que me lo digas. 
¿Crees que no fue fácil tenerte allí y quedarme sin ti? ¿Sabías que todos los días mi vida era una lucha sin ti?



No importa lo que estoy haciendoni donde estoyesta luna será siempre del mismo tamaño de la tuya,  del otro lado del mundo.