Tu y tu manera de mirarme y de partirme el alma con “miradas que matan”. Yo y mi manía de seguir queriéndote más que el primer día a pesar de todo, de esperarte siempre y no caer rendida en que nunca volverás. Hasta que las canciones ya no me recuerden a ti, hasta que “esas” canciones ya no vayan seguidas de un suspiro nombrándote. Porque a pesar de todo, seguiría perdiéndome en tu sonrisa cada segundo e intentando buscar mi felicidad en tu risa. A pesar del daño, las botellas de alcohol, las mentiras, el rimel corrido, todavía espero encontrarte al cruzar cada esquina. Porque sigo pensando que tus labios son los que mejores saben, tu mirada, la única capaz de entenderme, y tú, el único que puede hacerme feliz