domingo, 15 de abril de 2012

Andábamos sin buscarnos pero sabiendo que andábamos para encontrarnos

Me da igual si tengo que morder para sentir, si tengo que sentir para olvidar. Me da igual si tengo que perder el camino hecho si luego encuentro mi camino de verdad, si tengo que recibir o dar golpes, si tengo que ahogarme para aprender a nadar. Me da igual si no tengo luz, sino tengo cielo, si no tengo promesas, ni siquiera si no tengo aire. Me da igual porque cuando tienes lo que te importa de verdad, el resto siempre puede esperar.

Sé que te desespero, que hay momento que me tirarías de los pelos, que el 70% de los momento me odias pero tienes un aguante de enfado de 30 segundos y después me vuelves a querer así como por arte de magia.  Qué te voy a decir a ti que me conoces más que a la palma de mi mano, que ya se sabe, cosas de hermanas no? 
Nos va lo de querernos un ratito y olvidarnos después. Y queriendo o sin querer, nos hacemos daño. Tú me haces daño. Eres un cobarde empeñado en que lo mejor es que cada uno vaya por su lado, cuando en el fondo sabes que los dos caminamos por el mismo. Que tú no eres sólo tú, ni yo soy sólo yo. Que somos tú y yo. Pero no lo ves, o no quieres verlo



 Ya sé, no era para mí ni yo para él. Ya lo sé, demasiadas diferencias, demasiadas piedras en nuestro corto camino. Pero me queda el recuerdo de las cosas que nos dijimos, de las cosas lindas que no parabas de repetir, de tu mirada sincera, de mis ojos confundidos. No, yo no me olvido, de los mil besos que nos dimos